Esa noche yo necesitaba
toda la suerte del mundo, necesitaba la suerte de los irlandeses, pues esa
noche era mi última oportunidad de hacer que él me notara. Yo esperaba que el
vestido y el maquillaje fueran suficientes, yo no era una mujer a la que todos
los hombres miran cuando pasa, normalmente no, pero si Dios y la naturaleza me
habían dotado con pechos grandes pues hoy por primera vez no iba a esconderlos.
Pinté mis labios de rojo y usé delineador y pestañina para resaltar mis ojos,
quité mis lentes de marco grueso y aunque los odio, por esta noche utilizaré
lentes de contacto. Siempre he pensado que el físico no lo es todo, he tenido
que pensarlo pues así yo también tendría una oportunidad, pero ya que no puedo
mostrar mi intelecto por el escote, que sea mi escote lo que vea primero y
luego tal vez me pueda conocer mejor. Esta noche como sea estaré bailando
con el diablo por una oportunidad.
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- Mike, los invitados ya
están llegando- dijo el amable Robert. Siempre pendiente de que cumpla mis
deberes, siempre haciendo todo por mí, a veces pienso que él no me necesita,
tenemos la misma edad pero él siempre sabe qué hacer en todo momento, yo solo
soy el rostro, aunque eso no me molesta, me gusta la atención y me gusta que me
noten, Robert en cambio es feliz en la sombra ya que esto le permite hacer
mejor su trabajo y que yo esté a la luz pública y bajo los focos de las cámaras
me permite hacer mejor el mío.
- Listo Bob, ya voy a
salir, ¿has leído el material que llegó? porque supongo que llegó material.
- Por supuesto, he leído
algo, llegó bastante, ya sabes que esta visita fue la primera que se anunció y
casi todos los aspirantes a escritores están aquí hoy, sobre todo mujeres que
están seguras que lograrán algo contigo o en el peor de los casos con la
editorial. Eso se nota por los pobres textos que han hecho llegar además del hecho
de que en cada borrador encontré escenas sexuales muy descriptivas y explicitas
algunas traían fotografías incluidas.
- oh, ¡hay fotos!, ¿hasta
ahora me lo dices?
- Por favor Mike, aquí
están - dijo Robert mientras le entregaba un sobre que contenía diferentes fotografías
de mujeres con cortos vestidos, algunas de ellas en ropa interior y dos o tres
sin ropa en absoluto. Por detrás de cada foto decía el nombre de la mujer y una
apreciación muy honesta de Robert con respecto al borrador enviado, en algunas
de ellas se leía belleza cruel aunque Mike no tenía idea de a que hacía
referencia esto.
La finalidad de las giras
de Mike, mejor dicho, de la editorial, era descubrir nuevos talentos, o eso era
lo que se decía de puertas para afuera. La finalidad realmente era darle
publicidad a la editorial y a los libros que se estaban promocionando en ese
momento, esos libros o mejor dicho esa serie de libros eran realmente escritos
por Robert, pero en la contraportada del libro aparecía el nombre de Mike
"El rostro" Stevenson y contaba las aventuras de un soltero y sexy
cazador de talentos, era algo así como el diario de Mike y eran pura basura,
pero era basura que financiaba los libros que Robert realmente quería escribir
y también financiaba la producción y publicación de otros autores menos
afortunados, además mantenía la editorial a flote.
- ¿Entre todo esto, hay
algo que realmente te guste Bob?
- No me llaman la
atención las mujeres vulgares y que se venden como carne.
- Jajaja, ya lo sé Bob,
me refería a los manuscritos.
- ah, claro. Sí, hay una
o dos cosas. De hecho el lunes que regresemos voy a contactar a estas dos
personas, uno es un hombre, Arthur House, escribe Misterio, tiene ideas muy
interesantes y muy buena técnica, su historia atrapa rápidamente. Con la ayuda
de Karen, si creo que Karen sería la editora perfecta para él, con su ayuda
puede surgir algo muy bueno.
- Pues que bien, es decir
que no todo ha sido solo publicidad, realmente puede que hayas encontrado algún
tesoro, lástima que no sea mujer, ese sería un infierno de publicidad, podrías
agregarlo en el próximo libro y tal vez conseguirme una novia ficticia o algo,
podríamos terminar durante su lanzamiento y así todo el mundo esperaría el
siguiente para ver por qué terminamos- dijo con sorna Mike, pues esperaba
molestar a Bob, le gustaba hacerlo enojar solo un poco de vez en cuando para
estar seguro de que no era una robot o algo así.
- De hecho el otro texto
que me gustó es de una mujer y no, esa no traía foto incluida, pero si es
escritora de romance aunque más del tipo paranormal juvenil, vampiros, hombres
lobo y eso, tiene ideas muy buenas y sería perfecta para el público juvenil,
creo que los chicos se engancharían fácil con sus historias, lo mejor de todo
es que esta mujer realmente sabe escribir, de hecho estoy pensando en trabajar
con ella personalmente y puede que me tome en serio tu idea, así podemos
publicitar los dos libros de un solo pájaro.
- ¿eh? dirás matar dos
pájaros de un tiro.
- Por eso, ¿yo que dije?
- ¿En serio vas a
considerar mi idea?
- claro que sí, ¿por qué
no? primero hay que conocer y hablar con esta escritora, ver que piensa ella y
si acepta las condiciones en las que trabajamos nosotros. Pero sí, me parece
una buena idea.
- Wow, eso no lo
esperaba. ¿Crees que esta mujer venga esta noche? por cierto, ¿cuál es su
nombre?
- Sofia Smith, creo que
sí, todos saben que es tu última noche en la ciudad y esperaran ganar puntos
extra para que leas su manuscrito.
- Esta bien, ya veremos.
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Bueno llegué al salón,
punto para mí, no me devolví a mitad de camino ni me he corrido aún el
maquillaje por rascarme un ojo, Dios estos lentes me pican y el maquillaje
también, y me siento desnuda con este escote, menos mal solo es escote, ya que
el vestido rojo que elegí es largo hasta el suelo, ni siquiera se alcanzan a
ver los zapatos más costosos que he tenido jamás y también los más incómodos.
Pero ya estoy aquí y no voy a perder todo el dinero que invertí en este disfraz
de mujer fatal para no hacer nada, así que hay que buscar una copa o algo de
poción para la valentía.
- Buenas noches damas y
caballeros, les presento a nuestro invitado de honor, el autor de la serie de
betsellers "En busca de un talento oculto" Mike Stevenson. Un aplauso
por favor.- se escuchó decir al presentador desde el escenario.
Ay!
dios, ahora sí, ya me dio algo.. Pensó Sofía en medio un
mini ataque de pánico
- Señor, me da por favor
una poción para la valentía pero que sepa bien, que no me haga hacer caras y
que no termine subida sobre las mesas con solo una- dijo sofi al bartender.
- Claro señorita, aquí está
su copa de champan.
- Esto está bien,
gracias. ¿Cuánto le debo?
- Es barra abierta
señorita.
- ¡Ay dios! después de
todo puede que si termine subida en las mesas.- diciendo esto se alejó lo más
pronto que pudo de la barra de licores.
En ese momento Mike se
hallaba dando la bienvenida a todos los invitados y dando su ya usual discurso
de no rendirse y seguir escribiendo para que algún día él pudiera descubrirlos,
cuando vio en la barra de licores a la mujer más hermosa que había visto... esa
noche.
En un largo vestido rojo
esta mujer sostenía una copa de champan como si fuera su bote salva vidas, sus
pechos parecía que querían huir de ese vestido, y el con gusto les ayudaría,
para completar el cuadro, esta mujer tenía unos gruesos labios pintados de rojo
que él se imaginaba usando, tenía el cabello miel con visos de rubio y rojo le
llegaba a los hombros pero era un poco ondulado así que tal vez sería un poco más
largo si fuera liso. Pero esos labios, vaya, lo idiotizaron un poco más cuando
alguien le hablo y ella sonrío de medio lado... ahora se había puesto duro por
una sonrisa. En ese momento decidió acercarse a ella.
Sofía estaba bebiendo su
champan, esperaba prestar atención al discurso del señor Stevenson cuando un
hombre de sombrero, ¿quién usa sombrero en estos días?, ah sí, un hipster y
este es hipster, ya que tiene barba y una pipa... pues bien este hombre de
sombrero la llamo bella dama, mientras le ofrecía su lugar en una mesa, Sofía
casi no lo puede creer, por poco se pone a dar saltos, ella nunca era la bella
dama de nadie, pero no lo iba a demostrar, iba actuar como si fuera algo que le
dijeran todos los días, así que solo sonrió y haciendo un esfuerzo por no
perder la compostura se contuvo y solo dijo - Gracias. Y se sentó.
En ese momento todo el
mundo aplaudió.
No puede ser el discurso
había terminado y ella no había prestado atención por estar sumida en sus
pensamientos, eso le pasaba siempre, pero esta vez quería poner cuidado para
tener de que hablar con el señor Stevenson. En fin, ahora tendría que
improvisar.
Mientras Sofía sostenía
un dialogo mental con el señor Stevenson, tratando de preparar su estrategia de
aproximación, el verdadero Señor Stevenson estaba frente a ella y la estaba
saludando.
- Buenas noches, no pude evitar
notar que está usted muy sola y callada aquí esta noche.
¡Dios mio! que digo, que digo. Gritaba mentalmente Sofía, decidió
que haría como si fuera uno de sus personajes, una mujer que es hermosa y
segura de sí misma. Así que respondió:
- Tal vez es que prefiero
estar sola para que así usted pudiera acercase a mi sin problemas.
- Entonces ya logró lo
que buscaba, ¿ahora qué?
¡Ahora
que, ahora que, ahora que!
- Ahora he llamado su
atención y puedo presentarme. Mucho gusto señor Stevenson, soy Sofia Smith y me
encantaría ser descubierta por usted y que no olvide mi nombre.
¡Ay
dios! Descubierta por usted! No podía sonar más hortera, quiero que
lea mi manuscrito o que piense que cobro por sexo! arreglalo sofi
arreglalo!!! Se gritaba mentalmente Sofia a punto de
desmayarse de nervios.
- ¡Vaya! directo al grano.
- Para que andarnos por
las ramas cuando esta es su última noche en la ciudad. Yo le envié hace días mi
manuscrito, pero supongo que esta entre otros diez mil, me gustaría realmente
que leyera el mío, puede que le sorprenda.
- umm ya veo y que más
esperas que pase esta noche, mi última noche en la ciudad, como esperas que no
olvide tu nombre.
Me
lo merezco, esa fue la impresión que di, ahora que hago ya nunca me va a tomar
en serio y no estoy dispuesta a acostarme con él solo para que lea mi
manuscrito, ni siquiera es tan buen escritor ... Dios sácame de esta!
En ese momento se acercó
a ellos un hombre alto y delgado, de ojos oscuros y mirada distante, tenía cara
de pocos amigos y a Sofía le temblaron las piernas de solo verlo.
- Mike por favor circula,
saluda a los invitados, no solo a una. Dijo mirando a Sofía de arriba abajo
casi con desprecio.
- Claro que si Bob, solo permíteme
un momento más con la señorita.
- No, si te doy otro
momento no vas a circular, te vas a ir con ella rumbo al baño o al rincón más
cercano y te necesito aquí.
- ¡Perdón! Estoy aquí
mismo e impresiones aparte no voy a ir con el señor Stevenson a ningún rincón o
baño o lo que sea. Señor Stevenson, de verdad me gustaría que leyera mi
manuscrito, pero no estoy dispuesta a tanto. Si lo lee sé que no lo
decepcionará, no es que yo sea la mejor, pero ya antes escribí una historia la
publiqué en Amazon y el libro tuvo muy buena acogida entre el público, no así
en las editoriales. Lo que busco es una oportunidad pero hasta ahí llego yo.
Siento mucho haberle hecho pensar otra cosa.
- Que desilusión, dijo
Mike, esta es de los tuyos, de hecho es mi futura novia ficticia, Sofía Smith,
la que te gustó. Yo voy a circula a ver si encuentro alguna mujer, alguna tal
vez de una de las fotos para esta noche. Y querida si cambias de opinión con
respecto al sexo, pídele mi número a Bob. Los dejo.
- Así que usted es Sofía
Smith. Leí su manuscrito, tome esta es mi tarjeta.- dijo Robert su mirada ya no
demostraba tanto desprecio, pero si parecía aburrido o más bien desilusionado.
En la tarjeta podía leerse:
Robert
Bradford
Editorial
letras
- Oh, usted es el señor
Robert Bradford, usted es el dueño de la editorial donde trabaja el señor
Stevens.
- Socio mayoritario,
ahora es una sociedad con Mike.
- ¡Qué vergüenza!, usted
pensará que soy una descarada pero no es así, es que todo el mundo conoce la
reputación del señor Stevenson, que solo se fija en mujeres llamativas, yo solo
quería que leyera mi manuscrito.. Pero ¿qué estoy diciendo?, me estoy hundiendo
más, yo no estaba dispuesta a tener sexo con él, solo, ya sabe, que pareciera
que sí. Tenga compasión de mí y no me deje hablar más, cuando estoy nerviosa
hablo mucho...
- Esta bien, ya cálmese,
dijo Bob mientras la tomaba del codo y la alejaba de la multitud y se acercaban
a la barra de licores.
- Un vaso de agua por
favor. Dijo Robert al barteneder.
- No sería mejor otra
copa de valentía señorita - dijo el bartender dirigiéndose a Sofia con una
mueca burlona en el rostro.
Sofia se puso roja, no
podía más con la vergüenza que sentía, solo quería que se la tragara la tierra
en ese instante, ni siquiera le salían ya palabras, eso era peor aún que hablar
mucho, si hablas, te hundes o te defiendes pero algo pasa, si te quedas callado
todos te pasan por encima...
- No, solo agua por favor
- respondió secamente Robert al bartender, quien entendió e inmediatamente les
dio el vaso de agua y se alejó.
- Gracias- dijo
humildemente Sofía. Por alguna razón se sentía humillada y sucia. No había
hecho nada malo realmente, pero este no era un comportamiento habitual en ella
y se sentía mal.
- No hay de qué. Ahora,
como dije antes, leí su manuscrito y es muy bueno, tenía planeado llamarla el
lunes, pero dadas las circunstancias se lo digo ahora. Me gustaría trabajar con
usted y elaborar un poco más algunas ideas. Me gustaría trabajar con usted como
su editor.
- oh! no sé qué decir, además
de ojalá lo hubiera sabido antes así no me habría gastado el dineral que gasté
en este vestido y el maquillaje y los zapatos… nunca más voy a usar estos
zapatos sabe? Además no se ven. Habría podido evitarme el ridículo tratando de
parecer una cualquiera, aunque al tratar de parecer una cualquiera creo que calificó
como una...
- Señorita Smith no me
interesa que tan cualquiera sea usted o lo que estuviera dispuesta a hacer por
que leyeran su manuscrito, no es mi mujer, de usted solo me interesa como
escribe y me gustó lo que escribió. Además según la idea que tiene Mike es
posible que deba seguir usando sus caros zapatos y vestidos con escote. Estos
son negocios y usted tenía razón al pensar que necesitaba llamar la atención.
Guarde mi tarjeta yo le estaré escribiendo el lunes para organizar una reunión más
formal.
Sofia no sabía si
sentirse ofendida o halagada, tenía la sensación de que debía ofenderse, pero
ella se lo buscó. Por otro lado, este hombre era alguien a quien realmente
respetaba como escritor y como editor, había leído todos sus libros, era por él
por quien realmente quería entrar en esa editorial y eso que no sabía la
presencia que tenía en persona. Era como si él ocupara todo el espacio y el
aire se vaciara del salón. No tenía mucho tacto con la gente eso estaba claro.
En todo caso Sofía no tuvo tiempo de decir nada porque cuando alcanzo a
reaccionar él ya se había dado la vuelta y había desaparecido entre la gente,
ella solo pudo susurrar como para sí misma.
-Por favor, no te
olvides de escribirme.